jueves, 4 de febrero de 2010

Sisley

La figura de Alfred Sisley siempre ha sido considerada secundaria dentro del Impresionismo. Inició su aprendizaje artístico en el taller de Gleyre, relacionándose con Monet y Renoir e interesándose por las obras de Corot. Sisley sintió siempre especial atracción hacia los paisajes, trabajando en esos años juveniles en las cercanías de París. Miembro de una rica familia inglesa, pintaba por afición ya que su padre se ocupaba de sus gastos. La ruina de la familia llegó en 1870 con la Guerra Franco-Prusiana, trasladándose Alfred a Londres con Monet y Pissarro, vendiendo sus primeros lienzos al marchante Durand-Ruel. A su regreso a Francia se interesó por los paisajes parisinos, tratando de reproducir las diferentes luces de los momentos del día. La representación de los cielos, el agua y sus reflejos será su mayor logro, siendo las horas posteriores a las tormentas sus favoritas. Buena parte de su vida la pasó en la miseria, llegando a enviar obras al Salón de París de 1879 esperanzado en obtener un triunfo que le sacara de la pobreza, triunfo que no llegó. Los fracasos le obligaron a refugiarse en la localidad de Moret-sur-Loing, donde falleció. Paradójicamente, el público se interesó por sus trabajos tras su muerte, alcanzando un extraordinario éxito de ventas.

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